UNA DIA DESDICHADO.
Todo empezó desde un hola y termine acá en encerrado en un
calabozo donde solo veo una ventana y uno que otro animal y de vez en cuando me
traen algo de comer
Érase una tarde donde estaba aburrido en casa. Decidí salir
a ver el paisaje, un hermoso atardecer con un cielo naranja y unas nubes de
ensueño, cada una con una forma esponjosa. Me llene de optimismo pensando que
lo que faltaba del día era solo una brizna para que acabara. Mientras iba de
regreso a la casa veía a personas hablando. Uno que otros niños jugando,
mientras sonreían, paraban el momento de diversión para dejarme pasar o
simplemente para evitar un accidente.
Justo cuando ya faltaba poco para llegar a casa vi a una
hermosa dama con un atuendo algo peculiar, un poco raro para esta era
contemporánea y con una sonrisa muy virtuosa, me dijo “hola”, después de eso no
me acuerdo que paso, pero termine en un lugar muy diferente, los colores eran
tristes, el mundo era apagado y además estaba en un calabozo viendo como me
miraban algunas ratas que rondaban en el lugar.
Estaban pasando dos hombres con armadura y dijeron “otro
desdichado para probar”; pregunte rápidamente, “donde estamos”, uno de los dos
hombres con una pequeña barba y cejas pobladas, me dijo “estas en un mundo
donde la libertad esta por doquier y condenados aquellos que son desdichados”,
el otro hombre solo asintió y con una risa complementó lo que dijo su
compañero. Siguieron de largo e ignoraron mis siguientes preguntas.
Al pasar un buen rato apareció la dama, que fue el inicio de
todo esto, hice una cantidad infinita de preguntas, pero solo asintió y dijo
“bienvenido ahora tendrás que ganarte tu libertad”. La celda se abrió y fui
hacia la dama para acercarme para solo ver que desapareció y otra vez caí al
piso.
Aparecí en un bosque. Con una carta en la mano una cuerda
cerca de mu y una daga en mi bolsillo abrí la carta que dice:
“Desdichados aquellos que la suerte los abandono.
Acompañados, sean por un buen viaje.
Y que su intelecto sea que define su destino. …….
Quien quiera ser bueno tendrá ir a las montañas y
probar….
Lo que vale”.
Sin más que hacer decidí seguir la carta pues ya el
atardecer va llegar. Camine y de vez en cuando vi rocas con extraños garabatos
mire uno por curiosidad, pero quede en trance mientras veía una situación que
paso en la niñez. En ese entonces yo había robado un dulce de una tienda. Salí
corriendo después de esa visión. Note que ahora tenía una marca en mi mano de
tono negro. Esa marca me puso nervioso, decidí seguir adelante, pero ahora veo
diferente los colores en el lugar eran más claros. Y las piedras con signos
resonaban con mi marca.
Luego empecé a mirar más rocas cada roca me mostraba un
momento de la vida ya fuera de felicidad como cuando gane un dulce o gane una
apuesta o de tristeza que eran versiones del futuro donde no había nadie cerca
o aquellas que me golpeaban. Seguí adelante sin decir nada, pasadas unas horas,
cada roca dejo un signo en mis brazos, sin comprender, he llegado a la cima de
la montaña, sin saber cómo llegue acá. Al mirar el cielo se abrió un portal y
salió un señor de una apariencia muy normal. Él señor me miro con asombro y
dijo.
“desdichado has logrado ver cada parte de tu pasado y
posibles futuros, te han herido, golpeado, despreciado y aun así no dijiste
nada”.me miro y me dijo, “¿Por qué?, a lo que conteste” el pasado no puedo
cambiarlo, y no buscare hacerlo, porque es algo con lo que viviré y talvez
recuerde para bien.
El futuro no me preocupa pues aún no ha sucedido. Y aunque
suceda no determina quién soy o quien puedo ser.
Mi destino lo definen mis acciones no unas visiones que no
conozco”
EL señor lo miro sonrió de forma audaz y dijo “felicidades,
has pasado”. “desdichados aquellos que los han abandonado su suerte y solo su
intelecto les permitirá tener una mejor oportunidad”. Luego de eso cerré los
ojos, y llegué al frente de mi casa. Con marcas en mi brazo. Y una dama
mirándome con recelo desde el otro lado.
Comentarios
Publicar un comentario